La promoción es un elemento importante en una política de recursos humanos ya que motiva a los empleados mediante el reconocimiento categórico y retributivo de sus méritos y progreso laboral.
El fomento de los traslados horizontales no es mala idea, aunque yo amplío la franja de tiempo en la que una persona puede dar lo máximo de sí mismo. Algunos autores expertos en la materia aseguran que después de seis años en el mismo puesto de trabajo, ni puedes aportar nada nuevo al puesto, ni el puesto te puede aportar nada nuevo a ti (también importante y factor decisivo para las dimisiones voluntarias). Podríamos relacionar este concepto con la coincidencia observada en que en los empleados con antigüedad de más de 7 años crecen sensiblemente las dimisiones voluntarias.
La promoción de personas que han estado a cargo de proyectos fallidos no me inspira mucha confianza. Estoy de acuerdo en que cuando una persona falla, si cumple los atributos que buscábamos, va a aprender de su error, pero una cosa es hacer una crítica constructiva y extraer el aprendizaje que podamos sacar de ello, y otra promocionarla. El empleado debería permanecer en el mismo puesto y escalafón, a no ser que transcurra mucho tiempo y no haya vuelto a cometer grandes errores.
Por último, querría resaltar la idea del Principio de Peter. Ascender a puestos directivos a técnicos muy destacados en su nivel operativo me parece totalmente erróneo. Creo que una persona puede ser brillante en un campo, y tener muchas carencias en otro.
El intenso proceso selectivo para encontrar a los mejores técnicos es casi perfecto, para el puesto de técnico. No tiene nada que ver liderar un grupo de personas y saber coordinarlas, controlarlas, entenderlas y organizar ese capital humano de la mejor manera. Del modo contrario, conseguiríamos excelentes técnicos desaprovechados como tales y mal utilizados como directivos de un grupo al que no saben organizar y con el que no saben interactuar (obviamente habrá excepciones de empleados que tengan habilidades para ambos campos, pero no es lo común). Habría que establecer criterios más rigurosos para poner a alguien al mando del factor productivo más importante de la empresa: los recursos humanos.